Primer buceo del año, en un año bastante extraño. Peni y Alejandro me comentan que esta era la 5ª salida del nuevo barco con todo el tema del COVID-19.
El día ha amanecido soleado y calmado aunque había algo de mar de fondo. Tras realizar el montaje del equipo y subirlo al barco he de decir que el nuevo barco es muy cómodo.
La primera intención era ir a la Llosa aunque la corriente de superficie y el mar de fondo nos hacen decantarnos por la isla. Yo lo prefiero, porque la primera inmersión del año siempre es mejor hacerla en entorno controlado.
Temo un poco por mi consumo y mi flotabilidad así que me echo una botella de 15 a la espalda y 4kg de plomo (más lo que me da la plancha de acero de mi Jacket de alas).
Me tiro el primero al agua como es tradición y me quedo en el fondeo esperando a mis dos compañeros de inmersión. Mientras, una pequeña águila de mar pasa por debajo mía.
La cortada de Garbí
En el camino a la cortada vemos mucha vida pequeña como es habitual. Castañuelas, obladas, alguna lisa y alguna salpa.
Justo en el borde de la cortada nos espera un banco enorme de espetones pequeños (30-50 cm) y algún dentón.
En el fondo de la cortada, vemos un par de congrios y algún ermitaño. Busco entre la arena a ver si hubiera algo escondido pero no hay mucha visibilidad por la termoclina.
Por cierto, el agua en superficie estaba a 23º y en 20mts había una tremolina que la dejaba en 19ºC.
El acuario de Garbí
Cuando salimos de la cortada, nos dirigimos hacia la cara este para intentar llegar al «acuario». Allí como siempre el espectáculo me deja maravillado. Dentones enormes (de casi 10kg), barracudas de gran tamaño (70-80cm), meros, doradas de más de 5kg…
Uno de los compañeros va justo de aire y decidimos volver. No podemos estar más que un par de minutos en el acuario pero ha merecido la pena como siempre.
Sin duda es mi zona favorita de la Isla de Benidorm.
Hacia la punta de Garbí
Iniciamos la vuelta y en seguida un pez volador llama nuestra atención. Jugamos un minuto con él hasta tener que volver hacia la punta.
En la punta, se nota que el sol ha subido un poco. La visibilidad supera fácilmente los 40mts. Hay mucha luz y vemos doradas, sargos y otros peces típicos de la zona.
El Jardín
Acabamos la inmersión en el jardín porque tenemos el barco fondeado en la boya de la cara de poniente para protegernos del mar de fondo.
En las piedras del jardín la vida sigue siendo abrumadora… meros, morenas, sargos y el resto de especies típicas.
Tras 65 minutos de inmersión, subimos al barco y regresamos al puerto de la Vila.